El entrenador también ha de ser psicólogo.

13.02.2020 23:55

Javier López Vallejo, psicólogo de la Real Federación Española de Fútbol, ha ofrecido la segunda conferencia, con motivo de la Semana del Entrenador que organiza el Comité Navarro de Entrenadores, bajo el título “Herramientas Psicológicas para el entrenador”.

López Vallejo ha diferenciado para aplicar unas u otras herramientas psicológicas entre fútbol formativo y fútbol profesional. Hoy en día hay 681.404 jugadores federados en España, de ellos solo 1.705 llegarán a profesionales. Por tanto qué se les puede enseñar a estos jugadores sabiendo que solo 3 de cada 1.000 alcanzarán la meta: “El entrenador ha de enseñarles a errar. Debe de dejar fallar porque con el fallo se aprende y el fallo es un proceso que el entrenador debe de asumir sabiendo que lo principal no es ganar. 

Entender el juego. El fútbol de hoy exige dinamismo, presión, intensidad, pausa, equilibrio, tranquilidad; y en ese entorno de incertidumbre, el jugador tiene que entender el juego y para entenderlo tiene que pensar en el juego y, por tanto, tiene que aprender a interpretar el fútbol. El entrenador les tiene que dejar pensar y no solo darles información. 

El refuerzo. «Es una herramienta muy poderosa para un entrenador porque el refuerzo consigue que una conducta se haga más veces durante más tiempo. Lo que se refuerza tiende a repetirse, aumenta la autoestima y la confianza y marca el camino. Hay dos tipos de refuerzos; el refuerzo del resultado y el refuerzo del rendimiento”. 

Javier López Vallejo, durante su intervención en la FNF

En cuanto al fútbol de alto rendimiento, las herramientas son útiles a partir de marcarse el objetivo de cualquier entrenador que es conseguir que los jugadores se comprometan durante 11 meses.

Para ello hay que construir un equipo y cómo se construye, porque López Vallejo tiene claro que “jugadores que vistan la misma camiseta no es un equipo. Hay cuatro elementos que construyen un equipo”. 

  1. Propósito: Compartir un reto, una meta, un objetivo y buscar los objetivos que comparta el equipo por encima de individualidades.
  2. Valores: compartir los objetivos marcados a través de unas reglas de juego que debe de compartir el equipo. Esos valores forman la cultura de un club y son la seña de identidad de un equipo. 
  3. Roles: Repetir tareas, identificar liderazgos y que cada uno se sienta útil en sus tareas. Es importante que estos roles estén claros, sean aceptados por el equipo, se cumplan y haya cierto nivel de compromiso con ellos. 

En este aspecto, López Vallejo ha sido contundente “una de las peores cosas para un equipo es que se mezcle gente implicada con gente comprometida”. 

Muchas caras conocidas entre el púbico asistente, incluida la del presidente de la Federación Navarra de Fútbol, Rafa del Amo

Trás definir cómo se puede construir un equipo, ha ofrecido las características que debe de tener un entrenador: “autocontrol emocional porque las decisiones con emociones muy altas son decisiones de las que más nos arrepentimos; gestión grupal, gestión del entorno y enseñanzas tácticas. De las cuatro características, tres están directamente relacionadas con aspectos psicológicos. Con estas tres características un entrenador ha de ser capaz de incrementar el potencial de su equipo y reducir cualquier interferencia”. 

Por último, ha resaltado la importancia de la comunicación en la labor de un entrenador porque “un entrenador refuerza, motiva, enseña, conversa con calidad, transmite confianza y marca objetivos. Por tanto, entrenar es comunicar y en esa comunicación es muy importante la forma de llegar al interlocutor y ahí entra la comunicación no verbal. Cómo lo digo es un 93% más importante que lo qué digo. Por tanto un entrenador ha de ensayar y ensayar para transmitir su mensaje sabiendo, además, que cada jugador necesita cubrir necesidades distintas”. 

Pablo Orbáiz, Miguel Flaño y Javier Flaño, entre los asistentes.

López Vallejo ha concluido su charla exponiendo las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de entrenar: “las mujeres tienden a compartir más las emociones, tienen una mayor tendencia a hablar, recuerdan mejor los eventos con carga emocional y el entrenador ha de estar preparado para la pregunta ¿por qué?”.